El retraso en la edad de la maternidad y el empobrecimiento de la calidad seminal que se observan en los últimos años hacen que cada vez mas parejas precisen de técnicas de reproducción asistida para ver cumplido su deseo de tener un hijo sano.
“Una mujer de 38-39 años tiene menos del 10% de probabilidades de quedarse embarazada debido a alteraciones genéticas en los gametos y los embriones, que provocan que la mayor parte de éstos tengan alteraciones genéticas graves, incompatibles con la vida”, explicó el catedrático de la Facultad de Medicina de la UMH y director de la Unidad de Genética del Hospital Clínica Vistahermosa, Joaquín Rueda, durante su ponencia “¿Es útil el screnning genético en embriones antes de la implantación?”, impartida en el seminario organizado por el Instituto de Biología Molecular y Celular de la Universidad Miguel Hernández.
En los últimos años la investigación y tecnología en genética reproductiva ha avanzado a pasos agigantados adaptándose a los actuales cambios sociales, sobrevenidos fundamentalmente por la incorporación de la mujer al mundo laboral y el desempeño de funciones y puestos de alta responsabilidad, desarrollando estrategias de diagnóstico que permitan seleccionar los embriones sanos.
El profesor Rueda apunta a la realización de un estudio genético de embriones antes de la implantación. “La obtención de una o más células de pre-embrión, dependiendo del día de maduración, es lo que se denomina biopsia embrionaria. A partir de esa célula somos capaces de amplificar todo el genoma y poder estudiar todo el ADN, es decir, los 24 cromosomas. Esto permite realizar una selección de los mejores embriones para la implantación. Al tener la técnica en nuestro propio centro y la experiencia necesaria, se obtienen los resultados en 12 horas tras la biopsia”.
Asegura el director de la Unidad de Genética Vistahermosa, que “con la selección genética de embriones anulamos el efecto negativo de la edad materna sobre la implantación, ya que el 90% de las mujeres de hasta 40 años van a tener al menos un embrión genéticamente normal”, por lo que se pueden alcanzar tasas de gestación de hasta el 70% con la aplicación del screening genético preimplantacional.