El cáncer de cuello de útero es una de las neoplasias más frecuentes y letales en mujeres a nivel mundial, representando alrededor del 10% de todos los cánceres en la mujer. La gran mayoría de casos de cáncer de cuello de útero (alrededor del 99.7%) están asociados a una infección persistente por genotipos de alto riesgo de Virus del Papiloma Humano (VPH o HPV, por sus siglas en inglés). Existen más de 200 genotipos de VPH que se clasifican principalmente en dos grupos: alto y bajo riesgo oncológico. Los genotipos de alto riesgo causan infecciones persistentes que potencialmente pueden derivar en lesiones escamosas intraepiteliales de alto grado y cáncer de cuello de útero. En cambio, los genotipos de bajo grado son responsables de la aparición de verrugas genitales o displasias leves en el cuello del útero. También se han asociado otros tipos de cáncer a infecciones por VPH como el cáncer de ano, de orofaringe o de pene.
Dadas las características y potencial letalidad del cáncer de cuello de útero, resulta fundamental establecer programas de cribado poblacional que permitan la detección precoz de lesiones cervicales. El método de cribado más empleado es la citología mediante la técnica de Papanicolau, aunque tiene importantes limitaciones, principalmente su sensibilidad. Por ello, en los últimos años se ha incluido la determinación de VPH en los programas de cribado a nivel mundial. Esta prueba consiste en la detección de ADN vírico en una muestra de epitelio cervical (el mismo tipo de muestra que se utiliza para el estudio citológico). Gracias a esta técnica no sólo es posible detectar la presencia de VPH, sino también identificar los genotipos concretos presentes en la muestra y, de esta forma, conocer si son de alto o bajo riesgo oncológico.
Un grupo de investigación de la Universidad de Columbia Británica (Canadá) ha publicado recientemente los resultados de un ensayo clínico aleatorizado que incluyó a 19,009 mujeres y en el que se comparó la utilidad de la detección de VPH frente a la citología para el cribado de cáncer de cuello de útero. Este estudio ha demostrado que la determinación de VPH en mujeres detecta lesiones precancerosas de forma más temprana y con mayor precisión que la prueba de Papanicolau.